Rosinach Pedrol, Zoe. Lérida, 6.II.1894 – Zaragoza, 31.I.1973. Farmacéutica y primera doctora en Farmacia española

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2022Suggested citation
Casals Bergés, Quintí;
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(2022)
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Rosinach Pedrol, Zoe. Lérida, 6.II.1894 – Zaragoza, 31.I.1973. Farmacéutica y primera doctora en Farmacia española.
Diccionario Biográfico electrónico de la Real Academia de la Historia [Recurs electrònic]. https://dbe.rah.es/.
Real Academia de la Historia.
http://hdl.handle.net/10459.1/83138.
Metadata
Show full item recordAbstract
Zoe Rosinach era hija del dentista Pau Rosinach, natural de Juneda (Lérida), y la comadrona Carme Pedrol, natural de Lérida, que
vivían en la calle Blondel de Lérida. Tuvo tres hermanos: Carmen, Carmelo y Paz. Zoe estudió en el Instituto General y Técnico de
Lérida, establecimiento en el que obtuvo el bachillerato en 1913. En septiembre de ese año, se matriculó en la Facultad de Farmacia de
la Universidad de Barcelona, centro en el que permaneció hasta el curso 1915-1916. El curso siguiente trasladó su matrícula a la
Universidad Central de Madrid, pues había tenido problemas para aprobar la asignatura de Análisis Químico por su condición
femenina. En Madrid pudo continuar su carrera y se licenció en 1917, a pesar de las dificultades para asistir a las clases que tuvo, ya
que Zoe y otras dos compañeras se sentaban separadas de los hombres y un catedrático las acompañaba a su domicilio.
Con todo, Zoe, que sentía auténtica pasión por la Farmacia, convenció al doctor Francisco de Castro, catedrático de la asignatura de
Microbiología, para que solicitara una plaza de investigadora al doctor Obdulio Fernández, director del Instituto Nacional de Higiene
Alfonso XIII. Aceptada su candidatura en ese centro, el 17 de junio de 1920 leía y aprobaba con excelente por unanimidad su tesis
doctoral, dirigida por el doctor Antonio Ruíz Falcó, de la sección de epidemiología de dicho Instituto. El trabajo de 70 páginas se
titulaba: “Bacilos diftérico y pseudo diftérico. Crítica de los procedimientos empleados para su diferenciación y modificación
introducida en el método de Costa, Troisier y Dauvergne”, y mereció el elogio de la comunidad farmacéutica nacional, hasta el punto de
que el Instituto le ofreció la posibilidad de seguir investigando en el centro.