La iniciación deportiva del baloncesto se ha servido de ejercicios y juegos para mejorar la ejecución motriz, olvidando aspectos de máxima importancia como la vivencia emocional y la orientación motivacional de los jugadores. Intervinieron 183 estudiantes de centros públicos de secundaria y postobligatoria, 103 chicas (56.2%) y 80 chicos (43.7%). Se aplicó el cuestionario validado Games and Emotions Scale: GES-II y el cuestionario de motivación que los alumnos cumplimentaron tras finalizar las situaciones de juego. Se realizaron dos sesiones: a) carreras botando un balón de baloncesto y, b) por equipos, pasarse un balón entre compañeros que debía lanzarse sobre el equipo rival. Se aplicaron análisis multivariantes, árboles de clasificación, concretamente se empleó el método de crecimiento CHAID (Chi-squared Automatic Interaction Detector, en SPSS v.24). El análisis de las variables predictivas de la intensidad emocional indicó que la primera variable explicativa fue el tipo de emoción (p <.001; F = 1178.369; df1, df2 = 1833). Las emociones positivas (e+) (n = 367, M = 4.0) fueron más intensas (p < .001) que las negativas (e-) (n = 1468; mean 1.4). La segunda variable predictiva para ambos tipos de emociones fue el resultado. Los mapas predictivos de la experiencia emocional y motivacional confirman que las características de las tareas y de los jugadores son dos realidades entrelazadas a considerar en el entrenamiento integral del baloncesto.